Las tácticas reactivas: Las defensas que se suelen usar contra el agresor emocional y que NO funcionan
Llorar
Al principio funciona: Te pones a llorar y el agresor para. Entonces, de una forma consciente o inconsciente, exageras el recurso y te pones a llorar cuando él te grita. Atención: No funciona. Pasado un tiempo, cuando te pongas a llorar, él te ridiculizará ( “ qué gran actriz habrías sido”) o recurrirá al silencio hostil, o se marchará. Además, si acabas forzando el llanto de forma consciente, acabas poniéndote a su altura y siendo tan manipuladora como él.
Gritar
Es muy típico que cuando él recurre al silencio hostil, ella acabe gritando por pura desesperación. Si hace eso, le da a él un pie para que diga “ ¿ Lo ves? ¡ Eres una histérica!” No soluciona ningún conflicto, solo lo enquista más
Insultar, arañar, pegar
Ni loca. No lo hagas. Por ejemplo, un caso muy típico es que él se pone a vociferar como un loco “ Eres una puta” y ella, al más puro estilo Gilda, le da una bofetada. O peor aún, le araña la cara. En ese caso, él puede ir contando a los amigos comunes lo que ella ha hecho, para que todos piensen que ella es la agresora y él la víctima. Si ella le pega una bofetada, él la acusará a ella de histérica. Esta táctica de manipulación se llama en inglés “ luring” o “baiting”. O sea: poner un cebo. Es una táctica militar muy común que se usa desde tiempos de Napoléon. El ejército invasor envía primero una avanzadilla para que el grueso del ejército contrario se despliegue a por ella y les siga. Y cuando estén combatiendo en un lugar fácilmente controlable ( un bosque, por ejemplo), es cuando el grueso del ejército invasor ataca de verdad.
Negar el sexo:
El psicólogo Manuel J. Smith hablaba de dos tipos de razones por las que el sexo decae en una pareja: el modelo de la ansiedad y el modelo de la ira.
En el primero, el modelo de la ansiedad, uno de los cónyuges, por la razón que sea, para por una fase de inapetencia ( cansancio, una leve depresión) y el otro cónyuge le acosa o le presiona con chantajes de cualquier tipo ( ya no me quieres, no eres lo suficientemente hombre o mujer, si seguimos así me divorcio) y esa presión, consigue precisamente el efecto contrario al obtenido: el reticente se va poniendo cada vez más nervioso, se encierra en sí mismo y acaba por ser sexofóbico.
En el segundo, el modelo de la ira, uno de los cónyuges está resentido por algo ( le parece que el otro sale mucho o que le regaña demasiado, o que no es lo suficientemente cariñoso), un resentimiento que no se atreve a confesar, por lo que sea, porque quiere evitar discusiones a toda costa, o porque cuando se queja el otro le dice que exagera ( “te regaño por tu bien” o” ¿ qué tiene de malo salir tanto?”) y ese resentimiento le impide compartir lo más íntimo que tiene.
Los dos modelos se refieren a problemas de comunicación y paradójicamente se dan en parejas muy bien avenidas de puertas para afuera, gente para la que la apariencia es muy importante. Gente que “nunca discute”.
Pero es que discutir es bueno. Y no, no me refiero al tipo de “discusiones” que se promocionan en los programas de televisión sensacionalista, con gritos, humillaciones e insultos, sino más bien a la discusión fría , “parlamentaria” si se quiere, en la que se respetan los tiempos del otro, en la que se argumenta desde la razón y no desde la des calificación en la que cada cual intenta exponer sus razones para intentar llegar a un acuerdo que más o menos convenga a ambas partes.
Mientras la tele basura nos proponga como único modelo de intercambio de ideas el gallinero histérico, el berrido estridente, el todo vale, el maltrato verbal y el abuso psicológico, la obsesión por derrotar al otro y no por negociar con él, y mientras tanta gente vea determinados programas a diario y se deje influenciar por ellos, es fácil que a muchos se nos olvide que las discusiones pueden ser civilizadas e incluso sanas, y que no tienen por qué convertirse en un espectáculo bochornoso que degrada a ambos implicados. La televisión influencia e incluso prescribe hábitos a un nivel mucho más exagerado de lo que la gente cree, y los adolescentes españoles ven , por término medio, tres horas diarias de programación sensacionalista. ¿ No es hora de que nos plateemos un cambio de paradigma, un modelo más civilizado, más sano y , sobre todo, más feliz? La vida ya es bastante dura de por sí como para que no hagamos algo por disfrutar lo mejor de ella.
Por lo tanto, aquí van formas de discutir con inteligencia
LAS TÁCTICAS DE COMUNICACIÓN ASERTIVA
CÓMO DEFENDERTE y RESISTIR ESTOICAMENTE:
Es posible que tu relación pueda salvarse. Lo dudo, porque si fuera o fuese posible, seguramente no habrías llegado a la conclusión de que debes comprar este libro, pero por si acaso, voy a darte las pautas con las que se supone que debes contraatacar en caso de tácticas de manipulación y control
Conste que yo compré varios libros para conocerlas todas ( Judo con palabras y Cómo enfrentarse a los ataques verbales de Bárbara beckham, La Asertividad de Olga Castañer, y Cuando digo no me siento culpable, de Manuel ) y me las aprendí todas. Intenté ponerlas en práctica. La cosa no funcionó en el sentido de que el no dejó de usar las suyas, pero sí que fui sintiéndome mejor yo misma. Ya no me sentía tan culpable como antes, incluso a veces me divertía.
Si las pones en práctica puede que tu relación mejore. Pero también puede que él , cuando vea que sus tácticas de costumbre no funcionan, intensifique los ataques. En cualquier cambio, te garantizo que para bien o para mal la relación cambiará. Y que tú te sentirás mejor, más en control.
Volvamos al ejemplo de siempre:
Jorge sale con sus amigos y presuntamente va a llegar a casa pronto. Pero el caso es que se lía y aparece a las tres de la mañana. Al día siguiente él y Clara tenían planeado ( desde hace una semana) salir a comprar unas cortinas que hace tiempo que Clara quiere poner en el salón ( el salón en el que viven ambos, por tanto Clara no quiere ir sola, quiere estar segura de que a él le gustan también) . El sábado, la tienda de decoración que a Clara le gusta cierra a las doce. Jorge no se levanta hasta las doce
Resistir estoicamente: la táctica del disco rayado.
El grita, ridiculiza, usa el sarcasmo, insulta, manipula, te ridiculiza, te amenaza veladamente, utiliza frases que denotan abuso de autoridad ( “no te voy a consentir /tolerar que” ” hasta ahí íbamos a llega” etc…), distorsiona algo que hiciste en el pasado, proyecta, inicia la escalada de acusaciones ( usar el ” y tú más”) , interrumpe, se niega a responder a preguntas directas, se hace la víctima, critica tu apariencia, tus creencias, tu trabajo, tu religión, tu familia, tus gustos ( “mejor que no vayamos a comprar cortinas, que me vas a dejar la casa como la de Draculaura” ) grita, insulta…. Y tú, como un disco rayado, repites lo tuyo, por ejemplo: “ me ha sentado mal que no te hayas despertado a tiempo porque tú y yo habíamos planeado esto desde hace días y me parece una falta de respeto, Tampoco a tus amigos les dejarías plantados, y simplemente quiero que me muestres el mismo respeto que a los demás” Así, una y otra vez.
Por lo general, si ella se mantiene en su sitio, él acaba por salir de la habitación, del local, y la deja con la palabra en la boca.
No tiene por qué significar que ella tenga que repetir la misma frase una y otra vez , lo cual es de poca educación. Me refiero a repetir nuestro argumento tranquilamente y sin dejarnos despistar por asuntos poco relevantes. Ejemplo: “si, pero lo que yo digo es que me ha sentado mal que no te hayas despertado a tiempo porque tú y yo habíamos planeado esto desde hace días y me parece una falta de respeto …”, “entiendo, pero creo que lo que necesitamos es cumplir nuestros compromisos …”, ya veo lo que dices pero yo pienso que me ha sentado mal que no te hayas despertado a tiempo porque tú y yo habíamos planeado esto desde hace días y me parece una falta de respeto …”
Resistir estoicamente : En cualquier intento de pelea describe los hechos concretos. ( Habíamos quedado para ir a ver unas cortinas y me dejaste colgada) No des pie a más discusión. Haz caso omiso de cualquier táctica de control y manipulación. Cuando describimos hechos que han ocurrido el otro no puede negarlos. Así podemos partir de los hechos para discutir y hacer los planteamientos precisos. En este punto es donde tenemos que evitar los juicios de intenciones. No se trata de decir “eres un malqueda” sino decir, simplemente “Habíamos quedado para ir a ver unas cortinas y me dejaste colgada”, Y nada más. Evita los juegos. No respondas a nada de lo que él te diga. Mantente en tus trece.
Resistir estoicamente : Manifestar claros sentimientos y pensamientos. Es decir comunicar de forma contundente y clara cómo nos hace sentir aquello que ha ocurrido. Es el momento de decir ““me he sentido mal y poco respetada y eso es todo ”. Hay que recordar que no se trata de que el otro lo encuentre justificado o no. Le puede parecer desproporcionado, o injusto, o… pero es lo que nosotros sentimos. Y tenemos derecho a sentirnos así. Por lo tanto no aceptaremos ninguna des calificación. Defenderemos nuestro derecho a sentirnos tal y como le decimos. Le estamos informando, no le pedimos que nos entienda o nos comprenda. Por eso no puede descalificarnos ni aceptaremos críticas a nuestros sentimientos.
Resistir estoicamente : Pedir de forma concreta y operativa lo que queremos que haga. No se trata de hablar de forma general o genérica, “quiero que seas más educado”, “quiero que me respetes” “quiero que no seas vago”; sino que hay que ser concreto y operativo: “ No me gusta que cuando alguien planea algo conmigo desde hace tiempo, no cumpla con sus compromisos” .
Se trata de reconocer que se está de acuerdo en que la otra persona tiene motivos (que no tienen por qué parecernos razonables) para mantener su postura. Pero sin dejar de expresar que mantendremos la nuestra. Porque también tenemos motivos para hacerlo. De este modo demostraremos tener una actitud razonable. E insisterems en dejar claro a la otra persona que nuestra intención no es atacar su postura sino demostrar la nuestra. Esta técnica está especialmente indicada para afrontar críticas manipulativas.
Para hacer el “ banco de niebla” debes
A veces estas tácticas no resuelven nada, pero al menos no merma la autoestima de la persona que está siendo agredida y/o manipulada. Ella sabe que tiene razón, permanece en sus trece y no le da crédito a nada de lo que él diga o haga. En algunos casos, y con paciencia, esta táctica puede llegar a funcionar y puede que él recapacite sobre lo que hace. Pero no son muchos. Un agresor emocional no suele cambiar. Pero si su problema no es grave, quizás te acabe copiando la táctica.