10 razones por las que odio la navidad
1. Que me bloqueen el móvil la noche del 24 y el 31 con mensajes ridículos, sobre todo cuando la mayoría de las veces ni siquiera conozco al destinatario. ¿Para qué coño quiere enriquecer alguien aún más a las compañías timofónicas?
2. Que no se pueda coger un taxi ni entrar en un bar porque todo el mundo está celebrando las p…s cenas de navidad de empresa. Cómo se nota que estamos en crisis…
3. La obligación de tener que hacer regalos, porque soy agorafóbica y no soporto las aglomeraciones, mucho menos en espacios cerrados, con lo cual ir a comprar en estas fechas me resulta casi imposible.
4. La obligación de comprar regalos en estas fechas si sabes que el día 8 van a rebajarlos un 50%.
5. El consumismo imperante para celebrar el nacimiento de un tal Jesús que, según me enseñaron a mí en el cole, nació pobre entre los pobres.
6. Que me regalen siempre guantes y bufandas que no necesito.
7. Los gorritos de reno, es que no puedo con ellos y no alcanzo a entender qué nivel de intoxicación etílica debe pillar alguien para ponerse eso en la cabeza. Y lo mismo digo de las pelucas.
8. Los anuncios de perfumes con falso acento francés y los anuncios de jueguetes con cancioncillas entonadas en estilo chirriante y pitufil.
9. Mi lista de MALOS RECUERDOS NAVIDEÑOS es más larga que la mili de Rambo - las discusiones navideñas en la mesa puntean y ennegrecen todos mis recuerdos de infancia - con lo cual me deprimo cada vez que se acerca la fecha señalada.
10. La obligación de cenar con la familia, porque no me llevo bien con algunos miembros de la misma.
Y sobre los puntos 9 y 10 va a tratar este post.
En mi perfil de Facebook colgué una escueta nota: Quiero hacer un post sobre Navidades Tóxicas ¿alguien quiere contarme su experiencia? Y a continuación, escribía una dirección de mal. He recibido tantos mails que no he podido contestarlos uno a uno, pero todos tienen un máximo denominador común: Gente que detesta la Navidad porque su familia de origen se ha encargado de que la detesten. Madre victimista que se queja de que tiene que cocinar para todos pese a que nadie le ha pedido que lo haga; padre alcohólico que se emborracha cada año, padre tirano que va crucificando verbalmente a cada uno de los asistentes; hermanos que no se soportan entre sí y se pelean a gritos, animados por las copas que se han metido en el cuerpo; hombres y mujeres que se estresan de tal manera ante la llegada de la Navidad cómo para que a 15 de diciembre empiecen a manifestar toda serie de dolencias psicosomáticas: dolores de cabeza, complicaciones estomacales y/o intestinales (hablando en plata, “se cagan vivos ”, y no metafóricamente), alergias, gripes, depresión.
Los tóxicos arruinan las navidades. En realidad, los tóxicos arruinan cualquier celebración o cualquier época de vacaciones. Porque un narcisista necesita desesperadamente dos cosas: controlar a los demás y focalizar su atención. Y hará lo que sea para conseguirlo, incluyendo, por supuesto, dinamitar la paz navideña. Los tóxicos se ponen muy nerviosos en Navidades porque necesitan controlar a un grupo de personas y saben o sospechan que en ese grupo hay alguien a quien no conseguirán controlar del todo. O alguien – oh, horror – que puede ser más interesante que ellos, que puede atraer más la atención. Así pues, se ponen a buscar atención como locos. Emborrachándose, gritando, quejándose, provocando…. El tóxico se enfadará mucho si no recibe el regalo que esperaba, o si cree que el regalo que él o ella ofrece no es suficientemente valorado. O si piensa que alguien no valora su cocina, o su trabajo.
Existen diversas y variadas formas de boicotear una navidad:
El estilo victimista
A ver si os suena: “Me he pasado toda la tarde trabajando, cocinando, poniendo la mesa, con lo vieja que estoy, y no habéis venido a ayudarme, y conste que solo lo hago porque ésta podría ser mi última navidad…”
El estilo pasivo agresivo
El de ese comensal o comensala que se pasa toda la noche criticando el modelo de una, el peinado de otra, el estilo de vida del tercero… Critica a la sobrina vegana porque no come carne; a la sobrina rellenita porque come demasiada carne, pregunta al sobrino al que le acaba de dejar la novia que por qué ha venido solo, y a la sobrina lesbiana que aún no ha salido del armario que cuándo se va a sacar un novio. La familia le aguanta resignada las impertinencias excepto aquel que haya bebido más. Cuando ése o ésa salte y le acuse de ser un/a metomentodo se pone a llorar (si es mujer) o pone cara de cordero degollado (si es hombre) y proyecta la culpa “hay que ver cómo te pones por nada, solo me interesaba por ti, me has arruinado las Navidades".
El estilo directamente agresivo
Generalmente masculino. Porque ya se sabe, si lo hiciera una mujer sería una loca y una histérica, pero al hombre se le perdona. Este señor se pone a beber desde antes de la cena, porque ha quedado con los compañeros de trabajo en el bar para tomar unas cañas. Llega a la cena mamao, y a los postres ya la está liando. Critica el modelo de una porque va hecha una cualquiera; el peinado de otra que es una perroflauta y no se lava; el estilo de vida del tercero que es un progre socialisto al que si le tocara pasar una guerra otro gallo le cantaría; critica a la sobrina vegana porque no come carne pero hay que querer a los humanos y no a los animales; a la sobrina rellenita porque come demasiada carne y si sigue así hecha una foca y una manatí no va a encontrar un novio jamás; pregunta al sobrino al que le acaba de dejar la novia que por qué ha venido solo con lo buena que estaba la chica aquella y el pedazo tetas que tenía ; y a la sobrina lesbiana que aún no ha salido del armario que cuándo se va a sacar un novio porque se le va a amargar el carácter si no echa un polvo ya. La familia le aguanta resignada las sobradas excepto aquel que haya bebido más. Cuando ése o ésa salte y le acuse de ser un bocachancla se pone a gritar como un energúmeno) y proyecta la culpa : “ ¡¡¡ Hay que ver cómo te pones por nada, solo me interesaba por ti, me has arruinado las Navidades!!! ”
El estilo sarcástico
Es el rey de la comedia. Suele ser hombre, pero también puede ser mujer. Tiene mucho sentido del humor, dicen algunos, aunque otros opinen que simplemente es un/a hijo puta de mucho cuidado. Sobre el peinado de la una dirá que parece una tarta nupcial; del modelo de la otra opinará que hace juego con el árbol de navidad,;sobre la vegana dice que él sabe de buena tinta que de vez en cuando come carne… jadeante, viva y joven, y que le gustan sobre todo las butifarras, de la gorda dirá que seguro que encuentra novio porque siendo tan buena persona tiene un ángel de la guarda que la protege.. aunque el ángel de la guarda tiene que dormir en otro cuarto porque en el de ella no se cabe; después dirá que dios inventó a las lesbianas para que las feministas no se reproduzcan, y este chistecillo malo lo hará echando miraditas de reojo a la prima que no ha salido del armario; al primo socialista le dirá que hay una técnica para detectar cuando un político socialista miente…¡cuándo mueve los labios! Y al primo abandonado le dirá que a él no le importa si bajan las pensiones, porque siempre hace el amor con su churri en hoteles, no como otros que ya no follan. La familia le ríe los chistes a carcajadas excepto aquel que sea el objeto de la broma, que aguanta el chaparrón metiéndose una copa de champán de un trago entre copa y espalda. Nadie le responde, temen a su lengua afilada más que a un decreto de Gallardón.
¿Has visto reflejado a alguno de tus familiares?
¿Sí?
Recuerda que el mensaje que desde el cielo se enviaba a la tierra en la noche del nacimiento de Jesús era “Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad” ( Lucas 2:14) Desde el cielo, Dios enviaba a los hombres un mensaje de reconciliación, no de hostilidad. Se lo enviaba envuelto en pañales. Se enviaba a sí mismo.
Pero treinta años más tarde, Jesucristo anunciaba:
«No penséis que he venido a traer paz a la tierra. No he venido a traer paz, sino espada. Sí, he venido a enfrentar al hombre con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con su suegra; y enemigos de cada cual serán los que conviven con él.”
Bueno, parece que el mismo Jesucristo anticipaba lo que iba a suceder en tantas y tantas cena de Navidad
Está claro que el primer mensaje, el del evangelio de San Lucas, hablaba de paz y reconciliación entre Dios y la Humanidad. Nada se dijo sobre que Cristo vaya a traer paz entre los hombres. El propio Jesús lo deja muy claro: “enemigos de cada cual serán los que conviven con él”. Y conste que lo de “Honrarás a tu padre y a tu madre” no lo dijo Jesús. Y que la frase, así, tal cual, ni siquiera aparece en la Biblia, solo en el catecismo.
Cualquiera que haya vivido en el seno de una familia narcisista sabe lo que es tener el enemigo en casa. Sabe que existe uno, o varios, miembros de la familia que te declararán la guerra abierta si no capitulas ante sus mentiras, sus delirios de grandeza, sus exigencias desmedidas, sus chantajes emocionales, sus críticas acerbas, sus insultos. Sí, dicen que te aman. Que son tu familia. Pero ya que estamos con la Biblia, no olvidemos que en el Apocalipsis se habla de aquellos que “aman y mienten”
La paz que Dios vino a traerte, si crees en El, está entre Dios y tú. No se refiere a otra paz. Si no crees en Dios, entonces no tienes por qué celebrar la Navidad, pero en cualquier caso, la paz debe estar contigo mismo o contigo misma, y con tu idea de cualquiera que sea el Poder Superior en el que confíes, al que te entregues, sea el Destino, el Karma, o tu fuerza interior.
Esa paz que el niño Jesús vino a traer y que se supone que se celebra se entiende que es una paz que Dios te ofrece y que implica por tanto que tú jamás debes ser maltratado/a, insultado/a, chantajeado/a, herido/a por nadie. Tampoco por tu familia, por muchos lazos de sangre que haya. Ningún mandamiento divino ni humano exige que sacrifiques tu bienestar interior en aras de una presunta paz familiar, ni en el día de Nochebuena ni en ningún otro. Sacrificar la integridad en aras de la paz al final no trae paz ninguna, como creo que ha quedado demostrado en tantas historias navideñas como me han llegado. Me parece que en realidad sería un pacto con el diablo.
Así que haz caso omiso a todos los que te digan, empezando por tu propia familia, que en fechas navideñas hay que cenar con la familia sí o sí y que si no lo haces no eres buena persona. No vayas a cenar si no lo crees conveniente y si finalmente decides ir, recuerda. Tú no puedes cambiarles a ellos, pero te puedes cambiar a ti. Puedes cambiar tu percepción,
Ellos no van a cambiar.
Pero tú puedes cambiar tu forma de relacionarte con ellos.
Puedes limitar el contacto y las llamadas. Puedes crear un escudo psíquico
Para crear un escudo psíquico recurre al uso de la visualización. Imagina a tu alrededor una figura ovalada o esférica de un color que te tranquilice
Es decir, rodéate de una armadura, un espacio mental de seguridad.
Después repítete como un mantra : “Toda energía negativa que se acerca a este campo es inmediatamente transmutada en alegría”. Durante el día debes visualizar el escudo y repetirte el mantra cada vez que tenas oportunidad. Después, cada vez que tengas contacto con un familiar tóxico, simplemente visualiza el escudo. Escucha lo que te dicen, pero no te lo creas. No lo integres en tu sistema, no dejes que te afecte. Sé que suena duro al principio, pero es bastante fácil de ejercitar con práctica.
Lo que ellos digan deja de tener poder sobre ti.
También debes aprender a poner límites. No cedas a chantajes absurdos, no permitas que te manipulen, insulten, ridiculicen, degraden, controlen, sobreprotejan, traten como a un menor de edad o griten. Cuando eso suceda, di simplemente: "No voy a tolerar esto porque soy adulto", y vete.. El odio es un vínculo tóxico y adictivo. Es más bien ejercitarte en la indiferencia zen. Que no te afecte. Ver todo con calma y desapasionamiento. Saber mantener una distancia de seguridad.
Probablemente cuando empieces a distanciarte, se redoblen los ataques, en un intento desesperado por hacerte reaccionar, pero con el tiempo cesarán. Nadie ataca cien veces a una fortaleza que sabe invulnerable. Y dos no pelean si uno no quiere.
Lo supremo en el arte de la guerra consiste en someter al enemigo sin darle batalla, decía Sun Tzu,
Y decía más: "Si conoces a los demás y te conoces a ti mismo, ni en cien batallas correrás peligro; si no conoces a los demás, pero te conoces a ti mismo, perderás una batalla y ganarás otra; si no conoces a los demás ni te conoces a ti mismo, correrás peligro en cada batalla".
Pon límites. No permitas la manipulación, la intrusión, el chantaje sentmantal, lasamenazas, las lágrimas, las culpabilizaciones.
Cuando sucedan, anuncia simplemente: Soy un adulto, no permito esto, y sigue a lo tuyo.
Recuerda que la victoria máxima consiste en vencer al enemigo sin presentar batalla.
Establecer límites y reclamar respeto no es ser un mal hijo o hija, es comportarse como un adulto consciente y seguro.
Si te mantienes firme en tu postura, poco a poco los ataques cesarán.
Repito: Nadie ataca a una fortaleza que sabe invulnerable.
Hace muchos años un novio que yo tenía, que era de esos novios Guadiana que aparecen y desaparecen en una relación on/off tuvo el buen gusto de dejarme en Navidad. La bronca por teléfono fue sonada. Se suponía que yo tenía que ir a cenar a casa de mi madre, que está en las afueras de Madrid. Los que vivís en Madrid sabéis que en Nochebuena, a partir de las nueve, no hay transporte público ni taxis. Y allí estaba yo, en la calle, llorando a lágrima viva, con las lágrimas convirtiéndose en estalactitas por segundos del frío que hacía, buscando un taxi que no encontré. Al final, tuve que volverme a casa.
Si te ha dejado una pareja, si ha fallecido alguien cercano, si no te llevas bien con la familia. estas fechas te pueden deprimir especialmente, lo sé. No hay nada peor que te impongan por decreto paz y amor en el momento en que más en falta echas lo uno y lo otro. Además, tú sabes de sobra que en los Evangelios nadie da la fecha del nacimiento de Jesús, y que la Iglesia no hizo sino un sincretismo, al superponer las fiestas de Navidad sobre las fiestas paganas de celebración del Solsticio de Invierno.
Si eres creyente, recuerda que la Paz y el Amor están dentro de ti, no fuera. No te los va a dar una pareja si tú no los tienes dentro, no te los va a dar una familia que tú no has elegido si esa familia tiene problemas por resolver. Te los va a dar Dios como regalo, pero a ti, como algo que está dentro de ti y punto.
Y si no eres creyente, de todas formas, eres un ser valioso por ti mismo, y se aplica el cuento de idéntica manera: tú te puedes dar paz y amor a ti mismo, el día 24 o cualquier día del año. Hace muchos años un novio que yo tenía, que era de esos novios Guadiana que aparecen y desaparecen en una relación on/off tuvo el buen gusto de dejarme en Navidad. La bronca por teléfono fue sonada. Se suponía que yo tenía que ir a cenar a casa de mi madre, que está en las afueras de Madrid. Los que vivís en Madrid sabéis que en Nochebuena, a partir de las nueve, no hay transporte público ni taxis. Y allí estaba yo, en la calle, llorando a lágrima viva, con las lágrimas convirtiéndose en estalactitas por segundos del frío que hacía, buscando un taxi que no encontré. Al final, tuve que volverme a casa.
Si te ha dejado una pareja, si ha fallecido alguien cercano, si no te llevas bien con la familia. estas fechas te pueden deprimir especialmente, lo sé. No hay nada peor que te impongan por decreto paz y amor en el momento en que más en falta echas lo uno y lo otro. Además, tú sabes de sobra que en los Evangelios nadie da la fecha del nacimiento de Jesús, y que la Iglesia no hizo sino un sincretismo, al superponer las fiestas de Navidad sobre las fiestas paganas de celebración del Solsticio de Invierno.
Si eres creyente, recuerda que la Paz y el Amor están dentro de ti, no fuera. No te los va a dar una pareja si tú no los tienes dentro, no te los va a dar una familia que tú no has elegido si esa familia tiene problemas por resolver. Te los va a dar Dios como regalo, pero a ti, como algo que está dentro de ti y punto.
Y si no eres creyente, de todas formas, eres un ser valioso por ti mismo, y se aplica el cuento de idéntica manera: tú te puedes dar paz y amor a ti mismo, el día 24 o cualquier día del año.