Esta historia REAL tiene como protagonista a una locutora de un programa de radio local, que reside y trabaja en una capital de provincias y que, debido a su trabajo, es muy conocida en dihca ciudad Esta mujer se acaba de divorciar, tiene cuarenta años y los compañeros del programa le sugieren que se abra un perfil en una página de contactos. Ella lo hace pero no cuelga su foto, sino la de una prima que vive en Estados Unidos y a la que no le importa cederle la imagen. Tampoco especifica en el perfil cual es su trabajo. Dice que es abogada, lo cual no es falso dada que ésa es su formación. No quiere que se le identifique porque el proceso de divorcio aún no se ha consumado y sabe que si le llega a su ex la noticia de que ella está en una página de contactos, le puede sentar muy mal. Además, repito, al ser tan conocida en la ciudad, le da reparo identificarse.
Conoce a un hombre que parece muy interesante. La foto es de un hombre atractivo y el texto del perfil es ingenioso. Chatean. El escribe bien y tiene gracia. Luego se pasan los teléfonos y hablan una temporada por guasap. Finalmente se pasan el teléfono fijo y hablan por las noches. Ella le encuentra ingenioso e inteligente, y si no queda inmediatamente con él esd porque, dada su notoriedad en la ciudad y el hecho de que se trata de una ciudad pequeña en la que todo el mundo se conoce, quiere estar segura antes de dar el paso
Ella le confiesa a él que le encanta la radio, que la radio es su pasión. Y él le dice que él ha trabajado en la radio muchos años, en su ciudad de origen ( que no es aquella en la que ahora ambos residen), que era locutor en un programa, pero que ya lo ha dejado. Ahora trabaja en la Diputación, le dice, haciéndose cargo de todo el programa informático.
A ella le resulta muy raro, por ejemplo, que en una conversación se revele que él desconoce que la mayoría de programas estrella de una emisora se hacen a través de productora, como en la televisión, y que es la productora la que factura a la emisora.,
Una noche ella llama a casa de él y el dice: “ Perdona que haya tardado tanto, es que estaba en el zulo y me he quemado con el soldador…” “¿ Qué es el zulo?”, pregunta ella. “ El sitio donde trabajo”, responde él. “ Pero… ¿ no trabajabas en la Comunidad de Madrid”. “ Sí, bueno… A ratos, tengo varios trabajos” “Y … ¿ para qué es el soldador? “ “ Bueno, tengo un hobby, arreglo teléfonos, para los amigos, ya sabes…”
Así que ella recurre a un truco muy viejo: Entra en google y teclea el número de teléfono de él. Y zas, aparece: “ Reparación de móviles y ordenadores. Todo tipo de móviles y accesorios. Precios anticrisis”
Acto seguido hace que un miento de su equipo llame a la Diputación para comprobar si alguien allí se llama Renato. Nadie, por supuesto.
A la noche ella le llama y le pregunta ¿ de verdad te llamas Renato? Sí, claro. ¿ No me has dado un nombre falso? ¿ Para qué te iba a dar un nombre falso? Ella le explica el resultado de sus averiguaciones y él monta en cólera. Según él, lla es una interesada que solo piensa en el bien material, una metomentodo, una mentirosa…. Ella cuelga.
Pero ahí no acaba la cosa. El la ha reconocido. Y se pasa el día llamando a la emisora de radio, al programa en el que ella trabaja, que tiene una línea abierta, a contarle a la pobre chica de producción que atiende el teléfono lo hija de puta y calienta pollas que es la locutora. Verídico. A veces incluso falsea la voz para hacerlo
El día que exista una red social orientada al dating de calidad, y transparente, que obligue a verificar de alguna manera la veracidad de los perfiles, y sea creíble en el filtrado y cruce de personas, entonces estaremos a los pies de una nueva revolución en la forma de relacionarnos con el sexo contrario. De momento, no es así.
Además, aunque no lo parezca, la comunicación no verbal es muy importante. En la barra de un baro en la mesa de un restuarante, en una conversación de media hora, de alguna manera inconsciente puedes detectar si el tipo miente.
Durante la comunicación captamos el 7% del mensaje por las palabras, el 38% por el tono de la voz y el 55% por el lenguaje corporal. Para captar la totalidad del mensaje de nuestro interlocutor analizamos tanto el lenguaje verbal, como el lenguaje no verbal, aunque a veces no seamos conscientesLos dos lenguajes mantienen una relación de interdependencia.
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Cuando una persona miente, su lenguaje no verbal contradice sus palabras. Por ejemplo, el contrario nos dice que se encuentra mejor que nunca y encantado, pero si nos lo dice con cara de perro apaleado y ojeras de osos panda, no nos lo vamos a creer. Su lenguaje no verbal nos indica que no se encuentra bien físicamente o emocionalmente. Su expresión facial contradice sus palabras. En consecuencia, siempre estamos observando conscientemente o no los gestos corporales, las expresiones faciales y el tono de la voz de quien nos habla, y por eso a veces “ tenemos la intuición “ de que nos miente
El lenguaje no verbal, a diferencia del lenguaje verbal, nunca miente. Una persona fingir los gestos, las expresiones faciales o el tono de la voz durante un periodo prolongado de tiempo. Y además, surgirán microgestos contradictorios que delatarán que son gestos fingidos.
Los microgestos más comunes son movimientos musculares, muescas, sudoración, dilatación o contracción de las pupilas, sonrojo de las mejillas o aumento del parpadeo. Cuando una persona comienza a mentir, su cuerpo emites señales contradictorias.. Por eso, en la barra de una discoteca, nuestra locutora habría percibido algo raro, aunque nos supera decir qué. Conste que el problema no es que él mintiera o no, sino que era un hombre agresivo y peligroso. El habría ocultado las palmas de la mano, cerrado los puños, cruzado los brazos sobre el pecho, habría echado la cabeza hacia atrás a menudo. Quizá ella no habría sido consciente de por qué el hombre no le gustaba, pero de alguna manera habría intuido que se trataba de un tipo que podría llegar a ser muy agresivo.
Cuando una persona nos miente de alguna manera nos damos cuenta o lo intuimos porque registramos una serie de microgestos:
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· Taparse la boca con una o las dos manos mientras habla.
· Acariciar con los dedos los bordes de la boca
· Tocarse la nariz al hablar, ya sea un frotamiento rápido debajo de la nariz o un toque rápido y casi imperceptible.
· Mostrar una sonrisa falsa, es decir, sonreír sólo con la boca y el lado izquierdo de la sonrisa aparece más elevado que el derecho. Las sonrisas verdaderas producen arrugas en los ojos y son simétricas, los dos lados de la sonrisa son iguales.
· Cuando una persona miente y cree que le han pillado faltando a la verdad, se tira del cuello de la camisa.
· Al mentir las personas aumentan el número de veces que tragan saliva.
· Cuando una persona miente, aumenta el número de movimientos inconscientes de los pies.
· Mantener los puños cerrados .
De momento, creo que sigue siendo más efectivo acercarse a la barra de un bar o de una la discoteca, por mucha pereza que nos dé.